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    EL PROYECTO FLORIDA UNA PELICULA DE SEAM BAKER


    El proyecto Florida

    una película de Sean Baker





    El Proyecto Florida cuenta la historia de una niña precoz de seis años y su grupo de amigos, cuyas vacaciones de verano están colmadas de las maravillas de la niñez, las posibilidades y un sentido de aventura mientras los adultos que los rodean luchan con los tiempos difíciles.
    Orlando, Florida. La capital vacacional del mundo; un paraíso soleado al que cada año acuden millones de turistas de todo el mundo, ansiosos por entregar sus ahorros para las vacaciones. Un Reino Mágico que preside innumerables parques temáticos, cenas show y centros turísticos.
    Pero a unos pocos fuera de estos setenta kilómetros cuadrados llenos de magia, la historia es completamente diferente...
    “Una especie de Little Rascals de hoy en día, así es como me gusta describir a El proyecto Florida, dice el co-escritor y director Sean Baker. “Para aquellos que recuerdan los cortos de Our Gang de los años 20 y 30, recordarán que, esencialmente, estas películas se enfocaban en niños que vivían en la pobreza durante la Gran Depresión. Pero su estado económico era el telón de fondo, mientras que las historias se enfocaban en las aventuras humorísticas de los niños”.

    ACERCA DE LA PRODUCCIÓN


    El director Sean Baker no tuvo que buscar demasiado para encontrar temas inspiradores que surgieran de su éxito de Sundance en 2015, Tangerine. Para su próxima película, decidió volver a visitar un proyecto que había estado gestando en su mente durante cinco años, que lo llevaría de Tangerine a la tierra de las naranjas: Florida.
    Mientras el co escritor y productor Chris Bergoch ayudaba a su madre a mudarse a la Florida Central, a menudo viajaba por la autopista Irlo Bronson Memorial Highway, también conocida como la “192”, una de las arterias principales que te conduce al palpitante corazón de la economía de Florida, Walt Disney World. Rápidamente notó algunas de las condiciones de vida menos que mágicas en los alrededores de la puerta de entrada de Disney. Se sorprendió al descubrir que muchos de los moteles por los que pasaba no hospedaban turistas, sino familias.
    Los moteles se alinean a ambos lados de la calle, muchos de ellos explotando la mística de Disney, impregnada de motivos de piratas y castillos. Hace una década estaban llenos de turistas. Todavía quedan vestigios de aquellos días, como los establecimientos que cobran 35 dólares por un viaje en helicóptero y las tiendas de souvenirs donde muchas camisetas pirateadas capitalizan a las últimas princesas populares. Después de que la economía colapsara y de que el flujo de turistas disminuyera, un nuevo tipo de visitante comenzó a aparecer en los hoteles: personas que habían perdido sus trabajos y no podían llegar a cubrir el pago inicial para un departamento.
    Bergoch comparte, “Recuerdo que en 2011, iba camino a EPCOT cuando le conté a Sean sobre esto... sobre estos niños que vi jugando en el costado de la concurrida autopista a minutos de los parques temáticos... nunca pudimos sacárnoslo de nuestras cabezas. A principios de 2012 redactamos un bosquejo para mostrar la idea e intentar encontrar financiamiento. Entonces, la producción de Starlet se hizo realidad y nos llevó desde Florida hasta el Valle de San Fernando. Cada vez que volvía a Orlando, pasaba por los moteles, y la idea nunca desaparecía. La situación solo creció como también la idea de contar una historia en este contexto”.
    Starlet condujo a Tangerine, y una vez que se completó la producción en 2014, Baker y Bergoch revisarían ocasionalmente el esquema original. Baker dice, “Lo diseccionábamos, reorganizábamos las escenas, descartamos el final original, pero siempre conservamos la idea de contar una historia desde el punto de vista de un niño”. Bergoch agrega, “... y el modo en que, a pesar de no poder pagar una entrada a los parques temáticos cercanos este pequeño personaje igual se divertía a su manera. Ese concepto siempre se mantuvo: una historia que gira en torno a los niños que crecen a la sombra de un castillo encantado”.
    Sean Baker siempre había sido un fanático de los cortos Our Gang producidos por Hal Roach en los años 20 y 30. Baker nos recuerda, “Se centraban en los niños que durante la Gran Depresión vivían en la pobreza. Pero su situación económica era el telón de fondo de las aventuras humorísticas de los niños que, en realidad, era lo que conformaba el tema central de las historias”.
    Al igual que con todas sus colaboraciones, la investigación era fundamental. Baker y Bergoch se sumergieron en el corazón de Kissimmee, FL y realizaron una cantidad de viajes de investigación al área en el transcurso de tres años, en los que se hospedaban en algunos de los moteles de la “192”. Baker explica, “Siempre comenzamos estas películas de la misma manera, preguntando a la gente de la comunidad si estaba interesada ​​en involucrarse, y en este caso, si tenían interés en compartir historias sobre su vida en los moteles”.
    Bergoch agrega, “La mayoría de las personas con las que hablamos no pudieron haber sido más generosas con su tiempo. Una luz positiva particular en nuestro viaje hacia un proyecto completamente corregido fue John Manning”.
    Baker recuerda, “John trabajaba como gerente en uno de los moteles de la 192. Pero no era un administrador de oficinas. Se ensuciaba las manos. Usaba múltiples sombreros”.
    “Pensamos que su antiguo hotel tenía un aspecto interesante y deambulaba por los jardines. Lo encontramos con un bate de béisbol en sus manos, ya que no sabía quiénes eran esos extraños que merodeaban por la propiedad, que estaba llena de niños sin supervisión”, recuerda Bergoch. Una vez que Manning supo que los escritores no eran una amenaza, invitó a Sean y Chris a su oficina para hablar sobre el proyecto.
     “John respondió todas nuestras preguntas y dio una perspectiva única de la vida en los moteles. Era obvio que se preocupaba mucho por los “residentes” y se encontraba en la difícil posición de ser una figura de autoridad en el ambiente a veces hostil”, dice Baker.
    “Nos encantó la idea de anclar la película con un individuo que sólo estaba haciendo su trabajo, que requiere ser jodido, pero con una cierta vulnerabilidad debajo de la superficie”, dice Bergoch.
    Para encontrar un actor que pudiera dar vida a ese tipo duro, pero con sentimientos, Baker se pensó en Willem Dafoe. “No me puedo imaginar a nadie más que a Willem para el papel de Bobby. No sólo su desempeño fue increíble, sino también estuvo dispuesto a experimentar y a ayudar a formar el personaje. Muchas de las escenas son con actores principiantes y no profesionales, y logró mezclarse con los rostros frescos, aunque sin dejar de establecer momentos con su dominio del arte”, dice Baker.
    Si bien la historia evolucionó a partir del bosquejo original, la idea central de una niña pequeña en el contexto de la vida del motel se mantuvo. Para encontrar a la estrella, Baker y los demás realizaron sesiones de casting locales en Florida Central y sus alrededores durante meses.
    El equipo comenzó a buscar activamente a sus actores principales a principios de 2016. Fue entonces cuando Brooklynn Prince, nativa de Florida, respondió a un anuncio local y obtuvo el papel principal de Moonee.
    “Estoy increíblemente agradecido de que Brooklynn Kimberly Prince se presentara para El proyecto Florida, ya que no sólo encarnó a Moonee, sino que elevó al personaje de las páginas aportándole su propio sentido de maravilla. Es una de las actrices más maravillosas que he conocido”, alaba Baker.
    Bergoch agrega, “En el momento en que entró en la habitación, recuerdo mirar a Sean y Shih-Ching que estaban a mi lado... tenían la misma expresión de asombro en sus ojos. Brooklynn ERA exactamente la misma Moonee que habíamos imaginado durante años, que cobraba vida ante nuestros ojos”.
    Su coprotagonista, la novata Valeria Cotto, es un ejemplo del proceso de casting no convencional que Baker emplea.
    “Siempre uso algún tipo de casting callejero en mis películas y el descubrimiento del que más orgulloso me siento en esta película es Valeria Cotto. La vi a ella y a su madre una noche en un Target de Kissimmee. Valeria me llamó la atención por su vibrante cabello rojo. Le di mi tarjeta a su madre y oré para que me llamara para su hija hiciera una prueba. Lo hizo, Valeria estuvo maravillosa y el resto es historia”, dice Baker.
    Mientras que Baker, Bergoch y sus colegas productores Shih-Ching Tsou y Kevin Chinoy realizaban las audiciones de los niños de toda la parte central de la Florida, era importante para el director contar con locales en la película. Resultó que Christopher Rivera vino a una prueba mientras vivía con su familia en uno de los moteles de la “192” y completó al último protagonista niño, el travieso Scooty.
    “Originalmente estaba pensando en seleccionar una estrella de primera línea para el papel de Halley. Estaba pensando en tratar de encontrar a alguien que haya trabajado en las producciones de Disney al principio de su carrera; alguien que podría traer esa historia y ponerla de cabeza. Pero, al mismo tiempo, sentí que esto podría parecer un casting de dobles y comencé a pensar que Halley necesitaba una cara nueva. Entonces comencé a buscar alternativas”, revela Baker.
    El sueño de llevar a El proyecto Florida a la pantalla dio un gran paso hacia la realidad cuando los financistas June Pictures se unieron al proyecto a principios de 2016. “Andrew Duncan y Alex Saks de June Pictures me dieron total libertad creativa y me apoyaron en todos los sentidos. Estoy tan feliz de que se haya dado esta asociación”, dice Baker.
    “Sean era cliente de ICM cuando yo era agente allí en el grupo de finanzas y embalaje”, dice Alex Saks. “Fue en enero del 16 cuando escuché por primera vez la premisa del nuevo proyecto fílmico de Sean, que fue simultáneo a la consolidación de la joven fundación de June Pictures. Como admirador de Sean, inmediatamente le dije a Andrew, mi nuevo compañero, que tenía que ver una película llamada Tangerine. Le dije que le volaría la cabeza y que Sean era el tipo de cineasta a quien que queríamos apoyar y con quién queríamos hacer películas. Era brillante y uno de los narradores más talentosos, con una visión única y una verdadera profundidad de perspectiva, refrescante y casi desalentadora por su propia naturaleza. Andrew vio Tangerine y estuvo totalmente de acuerdo. Unas semanas más tarde, nos encontramos con Sean, escuchamos más y luego, nos zambullimos en el proyecto. Fue una experiencia tremenda, y nos sentimos honrados de haber sido parte de eso”.
    Promediando la primavera de 2016, con la financiación en marcha y con la fecha de inicio de la producción cada vez más cerca, el director se vio sin un actor principal para desempeñar el papel fundamental de Halley, la joven madre de Moonee. Al igual que hizo con Tangerine, donde convocó a través de varias redes sociales como Vine, Baker recurrió a Instagram casi al final del proceso de selección. Fue allí donde Bria Vinaite llamó su atención.
    “Hubo algo muy diferente que diferenció a Bria de los miles de Instagrammers. Ella no se tenía fe. Híper despreocupada y extremadamente divertida, todos los mismos rasgos que teníamos en mente para el personaje de Halley. Sabía que tenía que hacerle una prueba”, dice Baker.
    Bria Vinaite explica, “Recibí un mensaje de Sean en Instagram un día, en el que me decía que revisara mi correo electrónico sobre una oportunidad de filmar. El Instagram estaba colmado de fotografías de su perro ¡yo estaba súper confundida! Cuando finalmente hablamos y me di cuenta de que no era una broma, sentí una conexión con la historia y realmente esperaba obtener el papel”.
    Baker continúa, “Ella voló a Florida para conocer a los niños que acabábamos de contratar. Improvisamos algunas escenas y, al final del fin de semana, estaba seguro de que ella podría aportar algo único y fresco a lo que imaginamos para el personaje”.
    “Cuando leí el guión por primera vez, lloré. Sentí una conexión con Halley”, revela Vinaite. “Ella es muy similar a mí en cuanto a personalidad, pero también es muy diferente. Fue una experiencia sumamente hermosa darle vida. ¡Ella es tan despreocupada y no le quita la mierda a nadie! Incluso en ciertas partes del guión yo pensaba ‘¡maldición, Halley!’”. ¡Aprendí mucho de toda la experiencia y una parte de Halley siempre vivirá dentro de mí!
    Para lograr el aspecto vibrante de la película, Baker le pidió al multipremiado director de fotografía Alexis Zabé que mirara El proyecto Florida. Zabé describe la estética simplemente como un “helado de arándano con un toque agrio”.
    “La historia y los temas de El proyecto Florida son universales”, dice Bergoch. “Todos hemos sido niños alguna vez; todos vivimos esos años de maravilla, ingenuidad, confusión, posibilidades infinitas y, sobre todo, aventuras. Las vacaciones de verano pueden haber durado sólo dos meses, pero se sentían como toda una vida. Era un momento en el que, ya sea que estuvieras en un gran parque temático, un patio de juegos o simplemente en un estacionamiento... podías percibir la magia”.
    Baker espera que su nueva película atraiga al público con el humor, las personalidades coloridas y la nostalgia. “Quiero que los espectadores amen y se conmuevan tanto con estos personajes que cuando regresen a casa investiguen cuántas familias y niños estadounidenses crecen en moteles en diferentes áreas. Eso sería algo verdaderamente mágico”.


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